Descripción
De todos los lémures en el mundo, el lémur Aye-Aye es el primate nocturno más grande. Aunque a menudo suele ser confundido con algún hurón o algún tipo de roedor más grande debido a sus características físicas.
Anatomía
Existen un par de características relacionadas con el cuerpo del lémur aye-aye que son muy diferentes a otras especies de lémures. En primer lugar, tienen un dedo medio muy larga que se extiende varias pulgadas más allá de sus otros dedos, usan esto como un medio para encontrar comida. Hablaremos más sobre esto más adelante.
También cuentan con dientes largos y agudos. Estos dientes continúan creciendo durante toda su vida también. En cautiverio un cuidado especial debe ser tomado para asegurarse de que no crezcan demasiado largos pues deben darse los elementos naturalmente, como en la naturaleza. De lo contrario existe el riesgo de problemas dentales y caries que disminuyen la calidad de vida del animal en general.
El pelaje del ayeaye es, a menudo, de color negro. Algunos, sin embargo, suelen contar con una coloración gris oscura. Todos ellos tienen un pelaje grueso, lo que es difícil de entender dado el hecho de que viven en regiones muy cálidas durante todo el año.
Usan sus sentidos para ayudarse a sobrevivir, son capaces de encontrar comida y evitar el peligro debido a su excelente visión y su capacidad aromática. Su apariencia de miedo, ha sido un problema para estos lémures desde el principio de los tiempos. Los romanos, lo veían como el mal y los cazaban y mataban. En muchas culturas actuales las mismas creencias continúan.
Evolución
Aunque no se sabe mucho acerca de la evolución de los lémures en su conjunto, hay ciertas preguntas que sólo se refieren al lémur ayeaye. Tienen un método muy diferente de encontrar comida. Eso implica su dedo medio. ¿Qué ocurrió que dio lugar a que esta especie necesitó ese beneficio?
Muchos expertos creen que son los únicos animales en el otro mundo con esta capacidad. Podría haber sido la falta de alimentos lo que provocó este cambio evolutivo en ellos, necesitaban un medio para obtener su fuente de comida, las larvas y, un dedo más largo permitió que eso sucediera y le aseguró la supervivencia a esta especie en particular de lémur.
El otro gran misterio acerca del ayeaye tiene que ver con la forma de sus dientes. ¿Por qué se volvieron hacia adentro para esta especie, pero no para otros? ¿Por qué los necesitan cuando su dieta no es diferente de la de otras especies de lémur?
Comportamiento
Son activos en la noche, lo que significa que por lo general no serás capaz de ver el a ayeaye en acción. Sin embargo, existen informes de estos lémures siendo vistos activos durante el día, más probable que sea el caso en la estación lluviosa, pues pueden pasar más tiempo consumiendo las frutas disponibles.
El lémur ayeaye sigue siendo un misterio cuando se trata de todos los sonidos vocales que hacen. Son muy activos con estos sonidos, pero simplemente no hemos identificado lo qué significan. Lo que sí sabemos es que estas formas de comunicación son esenciales para todo el grupo familiar.
A pesar de ser tan sociales en esos momentos, estos lémures también optan por aislarse, pueden extenderse mucho en su búsqueda de alimento, luego volverán a conectar más tarde con el grupo. Los territorios de estos lémures con frecuencia se superponen, donde las hembras dominantes no son muy bien acogidas y, pueden llegar a ser muy agresivos si se encuentran hembras fuera de su grupo familiar en la zona en busca de alimento.
Hábitat y Distribución
Sólo alrededor de la isla de Madagascar serás capaz de encontrar al lémur ayeaye en su ambiente natural. Tienden a adherirse a la porción oriental de la Isla, pero se sabe que están bien dispersos por toda la región. Les encanta la selva pero no siempre pueden vivir allí debido al hábitat siendo destruido por la gente.
Las regiones de mayor altitud parecen ser atractivas para estos lémures, disfrutan de la seguridad de la bóveda de las hojas que se extienden por encima de ellos, y les da la ubicación ideal para crear sus nidos.
Dieta y hábitos alimentarios
¿Recuerde el largo dedo medio mencionado antes? Es increíble como el lémur ayeaye lo utiliza para encontrar comida. Dan toques en los árboles hasta 8 veces por segundo para encontrar las larvas y las sacan de los árboles, es una forma muy común de comer para ellos, y en la que son muy buenos.
Pasan horas y horas cada noche comiendo tanto como les sea posible. Pueden cubrir de 1 a 2 millas y media cada noche alimentándose, la idea es comer lo que esté disponible y almacenar grasa para sobrevivir durante la estación seca. Cuando no pueden encontrar larvas se conforman con hongos, frutas y frutos secos.
Reproducción
Durante la época de celo los machos se vuelven irritables y agresivos. Quieren ganar el derecho de aparearse con tantas hembras como sea posible. Este es, realmente, el único momento en que los machos y las hembras pasan todo el tiempo junto, todo el día y toda la noche.
Es genial observar a las madres con sus crías, a menudo, juegan con ellos, los alimentan, y hacen todo lo posible para ayudarlos a sobrevivir. Sus instintos para ayudar a sus jóvenes a sobrevivir son similares a los de otros primates, como los monos y los simios.
Depredadores
La fosa, un mamífero de aspecto similar a un gato, es un depredador común de lémur ayeaye. Los perros domésticos han sido conocidos por ser molestos también. Un par de tipos de serpientes arbóleas también son capaces de alimentarse de este lémur.
Los seres humanos, son el mayor problema para este animal. Su hábitat sigue siendo rápidamente destruido, se trata de áreas enormes taladas y quemadas con fines agrícolas.
El lémur ayeaye también forma parte de leyendas y supersticiones en muchos de estos pueblos, quienes sienten que este lémur es una forma del mal y que debe ser inmediatamente sacrificado.
Muchos de estos habitantes son muy pobres y se aferran a las leyendas del pasad, incluso existen cacerías con el objetivo de mata a tantos ayeaye como sea posible. Estas leyendas no parecen desaparecer y, como resultado, sus números continúan bajando a un ritmo alarmante.
Educar a los aldeanos sobre las necesidades de estos lémures ha sido imposible también, no parecen preocuparse de que se extingan. De hecho, muchos de ellos te dirán que sería una buena cosa si lo hicieran, sin embargo, aquellos que participan en los esfuerzos de conservación no están dispuestos a tirar la toalla.