Para la mayoría de las especies de lémures la temporada de apareamiento es muy corta, por lo general de menos de tres semanas al año. La hembra probablemente sólo entre en celo durante unos pocos días al año, un gran problema para obtener algún aumento en el número de lémures en el mundo.
Parece que hay más machos que hembras adultas en el mundo de los lémures, esto hace aún más difícil para los machos encontrar a una hembra lista para aparearse. Muchos machos se pasan años sin ser capaces de aparearse con éxito.
La época del año para el apareamiento de los lémures esta ambientalmente afectada, significa que en algunas zonas las crías nacen durante los meses de invierno se existe un clima muy cálido todo en año, en otras áreas, las crías nacen en la primavera o el verano.
Los periodos de incubación pueden ser tan cortos como 9 semanas en algunas especies, para otros, sin embargo, pueden llegar a ser de hasta 24 semanas. Los estudios muestran que cuanto menor sea el tamaño del lémur más crías nacerán a la vez. Las especies más pequeñas tendrán un promedio de 2 crías por vez, pero pueden tener un máximo de 4. Las especies más grandes suelen tener una descendencia por vez, pero pueden tener hasta 2.
La disponibilidad de alimentos, a menudo, determina cuándo los lémures se reproducirán. Cuando los suministros de alimentos son escasos evitarán la cría, un método natural para lograr seguir aumentando sus propias posibilidades de supervivencia.
Los bebés son vulnerables al nacer y las madres les llevan en su boca hasta que sean capaces de sostenerse sobre su espalda con seguridad. Seguirán a cuestas hasta que tengan edad suficiente para moverse a través de los árboles por su cuenta. Se quedan con sus madres durante 2 años antes de aventurarse por su cuenta.
Los bebés lémures consumen leche de sus madres hasta que tienen edad suficiente para forrajear por sí mismos. Cuando aparece el primer molar la madre dejará de darles de comer de su cuerpo. Resulta interesante que el período de destete para estos jóvenes lémures es, a menudo, el momento del año en el que el alimento es más abundante.
La tasa de mortalidad es muy alta para los pequeños lémures y más de la mitad morirá antes de que puedan salir por su cuenta. La vida típica de un lémur en la naturaleza es de aproximadamente 18 años. En cautiverio existen varios programas de cría para el lémur, el objetivo es ofrecer las mejores condiciones para que se produzca el apareamiento.
Existen medidas para ofrecerles una excelente atención médica para los jóvenes también y así asegurar que muchos de ellos sean capaces de alcanzar la madurez. Aún así, sigue existiendo una alta tasa de mortalidad en cautividad, sin embargo, es significativamente menor que en la naturaleza. La idea general es ser capaz de liberar algún día muchos de estos lémures, de nuevo, a la naturaleza.
Muchos están molestos porque varios zoológicos tienen a lémures hembra en control de natalidad, no sienten que se les daba limitar de tener descendencia, debido al hecho de que estos animales poseen muy bajos números. Sin embargo, algunos zoológicos no tienen los recursos necesarios para continuar ofreciendo espacio para más lémures.